lunes, 1 de mayo de 2017

Un día en Bay of Fires

 

Desde el puerto de St. Helens hice dedo hasta el final de la ruta que recorre Bay of Fires, o Bahía de Fuegos, donde hay un mirador, una caminata, mucha playa.



La toponimia viene dada por las fogatas que vio en la costa un explorador franchute desde su barco, alimentadas por los aborígenes; y la copada que me llevó hasta allá me explicó que, si caminaba más allá de donde caminaban todos, iba a encontrar una playa con una plataforma de piedras y muchos agujeros donde, en teoría, se refugiaban los nativos para espiar las aguas, y/o prendían los fuegos... no estoy seguro de haberle entendido del todo.



La otra teoría explica que el nombre (que es más creencia popular) se debe a la coloración de las rocas: un líquen cubre todas la línea costera tiñéndola de un anaranjado intenso que contrasta de forma gaugueana con el celeste verdoso del mar. A mí me gusta más esta.



Pasé enorme parte del día caminando de playa en playa, algunas de las cuales eran chiquititas y refugiadas y otras eran lungas y expuestas a olas bravitas en las cuales me di un chapuzón. Divagando me crucé con perritos jueguetones y otros backpackers que me aconsejaron acampar en el Cosy Corner, un camping gratuito donde estaba permitido prender fuego (hubiera sido el colmo que en Bay of Fires lo prohibieran, pero uno nunca sabe), así que hacia allá fui.



Y pasé el resto de la tarde en compañía agradable, hablando de todo un poco y presumiendo de mi reciente navegación a vela, al calor de un fogón simpático y muchas estrellas.




Y al día siguiente, después de chequear y rechequear el pronóstico del clima, tracé una ruta con más zetas que zigzag y llegué, cayendo la tarde, al camping del Great Lake Hotel, donde Less me dio otra bienvenida (me mostró los espectaculares salmones del día anterior), una cerveza y más charla afable.



También me encontré a dos australianas de vacaciones que, siendo de Queensland, estaban recagadas de frío y no tuvieron mejor idea que prender una fogata al lado de un cartel que decía prohibido hacer fuego. Obvio que yo también me prendí (pun intended).




Rafa Deviaje.

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