Hubo una vez que, teniendo tres días
seguidos libres, decidí ir a pasar una noche con mi carpita en una
reserva que figuraba a una hora de la farm. El mes era noviembre, el
clima se volvía cada vez más ameno.
Bueno, la hago fácil:
llegué y el lugar me desilusionó. Lo que decían río Waianakarua era lo que
nosotros llamaríamos arroyito. Y estaba casi todo lleno de esa alga
verdusca horrible cubriendo todo el lecho. Puaj. El bosque sí era
hermoso, como es hermoso en muchas otras partes de Nueva Zelanda,
ergo: no especial. Había más basura de lo usual, dejada por gentes
que igual que yo habían ido alguna vez a pasar la noche, pero no de
forma muy ecológica. Y en cuatro horas de caminar de arriba para
abajo, parecía haberlo visto todo.
Así que antes de que
empezara a refrescar decidí comer mi almuercito previamente
preparado, pegar una siestecita sobre una piedra tibiecita, y volver.
Sí, corta la bocha. Estas
fotos son lo mejor que pude obtener del lugar. ¿Recomendación?, de
Banks Peninsula a Caitlins (o capaz hasta Otago Peninsula), no se detengan en ninguna Reserva del
D.O.C. que encuentren sobre la costa Este de Nueva Zelanda, están
perdiendo el tiempo.
Rafa Deviaje.
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