Dejé
atrás Christchurch, la ciudad de las dos vocales y diez consonantes; la ciudad donde los dedos y las
muñecas amanecían entumecidas; la ciudad donde a veces
dormía menos de treinta horas de domingo a sábado (sin contar
ocasionales siestas en la camioneta de Robbie). En fin, dejé atrás
la ciudad más grande de la Isla Sur de Nueva Zelanda, rumbo al sur.
Y
yendo al sur, lo más cerquita es la península de Banks. Vi
acercarse las montañas y sentí emoción. ¡Iba a
subir a una montaña, con mi propio auto, por primera vez! Pero no,
me engañé: los capos acá hicieron un túnel que va por abajo. Un
túnel oscuro, estrecho, máx. 70 km/h. Creo que fue como un
presagio, o un parto, porque de repente no sabía si iba rápido o
lento, si estaba yendo derecho o de costado, o qué mierda pasaba. Yo
simplemente iba al volante, tratando de mantener la misma distancia
con el que estaba enfrente. Y de repente ¡bum!, la luz, el exterior:
Lyttelton.
Es un pueblo
recontra pintoresco sobre una bahía re canchera. Tiene calles
empinadas, bosquecillos, veleros en el agua, camiones que van y
vienen, y una australiana copadísima en el i-site que tiene cara de
llamarse Irma.
Después de
Lyteltton empezó el verdadero dilema para mí: caminos de montaña,
sinuosos, pendientes abruptas, sin guardarrail de ningún tipo, y con
hermosas vistas para acá y para allá. Fui frenando cada cinco
minutos para sacar fotos, pasando por pueblitos aledaños (todos de
postal), hasta que me tocó mandarme, montañatraviesa, por un caminode ripio.
Ya para
arrancar confieso que al tomar este camino hice una mala maniobra y
de un toquecito saltó al carajo la óptica delantera derecha.Después de atarla con alambre (al despedirme de Robbie me guardé
considerables cantidades de tie wire) descubrí que en una de mis
tantas paradas fotográficas había perdido los lentes de sol que me
protegían del cegador sol neocelandés (y lo hablás con un kiwi y
parece estar re orgulloso de tener un sol que te apuñala las
pupilas, no entiendo). Mas sí, me dije, hay que seguir adelante: y
puse el pie en el acelerador y las ruedas sobre la piedra.
Las vistas
también eran zarpadas y el clima hermoso, pero les juro que pasé
miedo. Había una serie de contracurvas demoníacas con grava recién
renovada en las que derrapé como un Niki Lauda, y los precipicios se
habían ido haciendo más y más altos. Cuando llegué a la ruta
principal que me llevaba hasta Akaroa estuve por bajarme del
auto a besar el asfalto. A punto eh.
Akaroa es un
pueblo afrancesado, o fue una colonia de franchutes, o algo por el
estilo. Ahí van los conchetos a tomarse un café al lado del puerto y del faro (re concheto también), y las viejas pasean a
sus caniches y sus nietos. Lo malo es que la vieja del i-site no se
parecía en nada a Irma, así que elegí destino haciendo ta te tí
sobre el mapa.
El dedo paró
sobre Ellangowan, una de las bahías cercanas, que tenía una
caminatita para hacer y era un lugar ideal para pasar la noche.
Aunque no sé por qué en vez de ir para Ellangowan terminé yendo
hacia Le Bons Bay, pero bueno. Era un pueblito casi fantasma, así
que encontrar un lugar cerca de la costa fue pan comido.
Y como el
sol no se decidía a ponerse, salí a pasear un poco. La primera
sorpresa fue encontrarme varias focas haciendo la plancha en la
arena; la segunda sorpresa fue encontrar a un pingüinito (la especie
más chiquita del mundo, cuentan) escondido abajo de una piedra; y la
tercera sorpresa fue descubrir que si acomodaba todo bien en el auto,
podía estirar el colchón en la parte de atrás y dormir la mona.
Sí, juro que hasta esa primera noche tenía mis serias dudas al
respecto.
A la
mañana siguiente pasié un poco más por los acantilados y las
cuevitas, y me fui a hacer una caminata de cuatro horitas en el
Montgomery Park Scenic Reserve. Auosa que indican por dónde ir. Eché mano a mis habilidades
de rastreador y me terminé perdiendo del todo. No me hice dramas y
empecé a caminar cuesta arriba siguiendo un alambnque estuve a punto de volverme, porque ni bien empezado el sendero desaparecieron todas las cintitas de color rrado, y media hora
después retomé el sendero (ni sé cómo) y llegué a la cima sin
problema. Lo que sí, una niebla zarpada se fue apoderando de toda la
bahía,y me vi obligado a emprender retorno sin poder disfrutar mucho
de la vista.
Ya estaba
pensando pasar de nuevo por el i-site y decirle a la gorda boluda que
al principio del sendero faltaban cintitas de color indicando el
camino, cuando me crucé con unos papis y sus dos hijitos cuesta
arriba. "Ok", pensé, "tal vez ellos ya conocían el lugar". Sin embargo
cuando llegué al pie del cerro, caminando por un sendero con más
señalización que un canal para sordomudos y ancho como la General
Paz, tuve que admitir que no sé cómo fui tan salame de perderme al
principio.
Y así nomás volví al auto y me fui alejando de Banks Peninsula. Dejé atrás muchos senderos sin recorrer y bahías sin visitar, pero tenía la certidumbre de que era todo bastante más de lo mismo, y que me esperaban mejores paisajes ruta adelante. Y qué acertado estaba la puta madre.
De camino
levanté a un kiwi hippie que me hablaba como el culo sobre por qué
no plantar más manzanos en vez de poner viñedos y que casi me hace
chocar por prestarle atención a sus huevadas, y cuando lo dejé otra
vez en la banquina, haciéndome chau chau con la manito, respiré
hondo y sonreí: había sobrevivido el tutorial, la primera etapa de
mi viaje, y seguía hacia un segundo capítulo, sintiéndome amo demi destino, capitán de mi alma, chofer de mi autito rojo.
Rafa
Deviaje.
te felicito Rafa, lo contas tan bien.. que es como estar alli.- Primito cuidate!!! Un gran abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge! Me alegra que surja ese efecto, abrazo!
Eliminarche!!, amo de tu destino, capitán de tu alma, chofer de tu autito rojo .. sos muy groso, me haces matar de risa con tus huevadas y relatos.. las fotos zarpadas.. muy, los paisajes terriblemente buenos... saberte vivo aun mejor..
ResponderEliminarGracias hermanita, espero que las fotos que se vienen te copen aún más ;)
Eliminarescribi un montón y se fue a ese mundo que aún no domino 100%, Rafa, genial!!!!!!!!!!!!!!!, no hay otra palabra, leo y viajo con vos, hasta lo de dedos y muñecas entumecidas me pareció parte de un cuento, las fotos???????????? gracias por compartir tanta belleza! feliz viaje siempre....................
ResponderEliminarEs un problema bastante frecuente Nora, no te preocupes, tu nuevo mensaje me alegró mucho igual. Gracias a vos por leerlo!
EliminarAH!!! pero que bueno leerte, es la manera de relatarlo que tenés que dejo de lado mi extrañarte y sonrío con lágrimas en los ojos, orgullo total Rafa!!! Cuánta felicidad que da saber de vos de esta manera tan particular, tantas fotos de la puta madre!!!!! Soy tu hna menor y estoy feliz por vos!!
ResponderEliminarNo te me pongas maricona enana, no creas que voy a volver antes por nada de esto. Vas a tener que seguir leyendo el blog por rato largo!
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