Hay muy pocos lugares para visitar en el centro de Christchurch. Y mi preferido es el Museo de Canterbury. Museo ecléctico y tuti fruti, como casi todo en este país, pero gratuito y con buen nivel.
Vamos paso por paso: arranca con un graffiti en la recepción, seguido por esqueletos de moas, cuevas artificiales, representaciones de la vida cotidiana de los primeros maoríes, utencillos y adornos y otras boludeces aborígenes; después cosas sobre los primeros colonos europeos, como de costumbre, y de golpe y porrazo saltás a una especie de "feria de los sentidos" con mil juegos (infantiles, pero qué va nadie me impidió probarlos todos) que ponen a prueba de formas divertidas percepción. A un lado tienen una casita que una pareja de viejos obsesivos plagó de pauas, o almejas psicodélicas brillantes, y del otro lado una colección de muebles e indumentaria de todo tipo, incluso una armadura. Tienen una recreación de una calle comercial del año del pedo (incluso tienen, ahí empotrada, una de esas bicicletas viejas de la rueda gigante, y te podés subir arriba y pedalear como tarado), la recreación del estudio de no sé qué estudiólogo famoso, y después un cuarto dedicado al testimonio fotográfico del terremoto de Christchurch.
En un segundo nivel hay un espacio dedicado a los arqueólogos de los primeros asentamientos europeos... que tienen doscientos años, una caca de arqueología pero bueno, otra no tienen. Y sigue de ahí con las piedritas y los minerales (que me encantan), los meteoritos, los dinosaurios (a los que les meten alas de dragón, no me pregunten por qué), los bichos embalsamados (les encanta embalsamar pájaros, posta). Tienen una momia (una momia posta, de Egipto con el sarcófago y todo), empotrada en un rincón oscuro. Tienen una colección considerable de arte chino y japonés, una parte sobre ecología, geografía local y reciclaje. Una colección fotográfica y banquitos para que te sientes y uses wi-fi. Y lo remata todo un gran salón dedicado al Polo Sur, con vehículos, equipaje, bustos de exploradores, fotografías, modelos de barquitos, fósiles, esto y aquello.
Arriba de todo hay una cafetería por la que ni pasé, porque siempre está llena de pendejitos con sus papis. Y no son de lo más educados los pequeños kiwis.
¿Cosas buenas del museo? Muy llevadero, con lecturas muy dosificadas y bastante para ver. ¿Cosas malas? Sin mapita te podés llegar a perder cosas copadas. ¿Lo más destacable? Esa pobre momia, desde luego. ¿Tiempo de visita? Entre una hora y media y tres horas. Si lo hacés más rápido es porque sos re inculto mal, viste. ¿Cuánto cuesta? Nada, creo que ya te lo dije dos veces.
Y si salís temprano del museo, podés ir a los Botanic Gardens que están al lado, que en invierno son deprimentes pero se deben re poner en verano. Ahora sí: el momento de las fotitos.
Rafa Deviaje.
Me matan las alas en el esqueleto de dinosaurio.. nadie puede decir que no son originales estos tipos... :O
ResponderEliminarCreo que hacen todas esas giladas para atraer más a los nenes... pero a veces se zarpan.
EliminarBuenisimo pendex!! Abrazo grande!!
ResponderEliminarGracias negro!!
EliminarRe piola la armadura che, abrazo grande.
ResponderEliminarEstaba copada pero es re chiquita en realidad, no me entraba ni en pedo jaja.
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